ITC trabaja en un proyecto para determinar el impacto ambiental de las quemas de poda agroresidual sobre la calidad del aire, y evaluar la valorización energética de estas biomasas como un posible uso sostenible.
La quema al aire libre de restos de poda agroresidual sigue siendo una práctica habitual y obligada por las circunstancias actuales, dado que existe una carencia de soluciones sostenibles y también a causa de la eliminación de plagas.
Ante esta situación, el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) está ejecutando el proyecto: “Impactos atmosféricos de la quema incontrolada de biomasa residual II: Propuesta de medidas correctoras sostenibles” con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a través de la Fundación Biodiversidad. Entre los objetivos del proyecto está determinar el impacto ambiental de estas quemas sobre la calidad del aire, y evaluar la valorización energética de estas biomasas como un posible uso sostenible.
Los resultados obtenidos en las pruebas técnicas realizadas en una caldera de biomasa muestran que es viable la valorización energética de los restos de poda estudiados, especialmente los de naranjo y almendro. Además, se ha determinado la eficacia de un sistema de depuración, concretamente un filtro de mangas, para la depuración de las partículas finas, obteniéndose rendimientos superiores al 99% para todos los contaminantes medidos: metales, hidrocarburos aromáticos policíclicos, carbono elemental y orgánico, e iones solubles.