Las tecnologías ómicas, cognitivas, de inspección multimodal y de recuperación y reciclaje serán las protagonistas durante este año en el sector agroalimentario, según AINIA. Las áreas de alimentación y salud, smart business o industria 4.0, seguridad alimentaria y sostenibilidad, serán pilares fundamentales sobre los que pivotarán estas novedades tecnológicas del sector.
Alimentación y salud: tecnologías ómicas
Este año las tecnologías ómicas estarán muy presentes en el ámbito de alimentación y salud, por el beneficio y la diferenciación que pueden aportar a la industria. Las tecnologías ómicas son técnicas de alto rendimiento que permiten estudiar una gran cantidad de componentes en los resultados analíticos de una muestra. Engloban campos de investigación como la genómica, la transcriptómica, la proteómica o la metabolómica.
La investigación en este campo contribuirá al desarrollo de dietas personalizadas que favorezcan la salud física y mental de cada persona, según la jefa del Departamento de Biotecnología de AINIA, Begoña Ruiz. En concreto, la proteómica se centra en el estudio a gran escala de las proteínas (su estructura, función y diversidad), clave en una sociedad donde el consumidor es cada vez más consciente de la importancia de la salud y demanda alimentos funcionales. Cabe destacar en este punto la búsqueda de nuevas fuentes sostenibles de proteínas que satisfagan a distintos perfiles de consumidores, como los veganos o vegetarianos, y que reduzcan la presión que actualmente hay sobre ciertas fuentes de origen animal.
Son numerosas las aplicaciones en el sector alimentario, por ejemplo: para el diseño de nuevos productos con ingredientes funcionales añadidos; o para el estudio de la riqueza proteica de productos ricos en proteínas que surgen en el mercado, como aquellos que incorporan insectos, microalgas o lemna entre otros.
Smart Business: tecnologías cognitivas
La Unión Europea considera la digitalización como uno de los pilares fundamentales para hacer frente a la situación propiciada por el COVID-19. Los acontecimientos ocurridos en los primeros meses de la crisis sanitaria han evidenciado la necesidad de flexibilizar la producción con el fin de responder a los picos de demanda y, además, prepararse para ofrecer servicios o soluciones personalizadas.
Por otra parte, “ante un consumidor cada vez más preocupado por la seguridad de los productos, se acelera la búsqueda de sistemas que garanticen los estándares de seguridad y calidad a lo largo de todos los eslabones de la cadena”, según el jefe del Departamento de Tecnologías de la información y las comunicaciones de AINIA, David Martínez.
A esto se suma la necesidad de transparencia que facilite al consumidor información veraz sobre el producto y su origen. Sin embargo, en la actualidad, el tejido empresarial del sector alimentario tiene ante sí una gran oportunidad para obtener valor de la ingente cantidad de datos de diferente naturaleza que generan (registros en sus sistemas de gestión como ERPs o sistemas de producción, datos de máquinas, de sensores, datos científicos o de mercado que se pueden obtener de internet, registros de proveedores, de laboratorios, etc.). “Las tecnologías cognitivas, es decir,las tecnologías que trabajan con los datos como la inteligencia artificial o el machine learning se abren camino para dar soporte de manera integral e integrada a las problemáticas de la industria alimentaria en este ámbito”, apunta David Martínez.
Seguridad alimentaria: tecnologías de inspección multimodal
Otro de los pilares fundamentales será la seguridad alimentaria. Ante la demanda creciente por nuevos métodos rápidos y fiables que permitan la detección temprana, o incluso la predicción de la aparición de peligros que comprometan la calidad y seguridad de un alimento, la inspección multimodal combina es una solución tecnológica clave, ya que es capaz de predecir y prevenir peligros de distinta naturaleza gracias a la combinación de diversas tecnologías.
“La información captada por cada una de las tecnologías es explotada sinérgicamente, permite obtener una imagen más completa de la inspección de los alimentos, lo que facilitará a las empresas alimentarias anticiparse a los riesgos, lograr un ahorro de costes asociados a las mermas y proteger al consumidor” señala el jefe del Departamento de Automatización Inteligente, Ricardo Díaz.
Sostenibilidad: tecnologías de valorización
Los procesos de recuperación de subproductos y de reciclaje se están posicionando como un pilar fundamental en el sector agroalimentario. Los procesos de valorización respetuosos con el medio ambiente y que no generen residuos contaminantes son clave.
“Una tecnología emergente es la de obtención y funcionalización de microfibras de celulosa, que posteriormente tiene aplicaciones como material de envase con propiedades especiales, o incluso como ingrediente cosmético, actuando como modificador reológico, agente hidratante y emulsificante. Estos son dos claros ejemplos de aplicaciones tecnológicas para la valorización sostenible de subproductos” apunta Begoña Ruiz de AINIA.