La nanofabricación con tecnología láser permite diseñar nuevos sensores químicos y bioquímicos que pueden emplearse para detectar determinadas sustancias en cualquier proceso industrial de una manera rápida y a un coste más económico.
Los sensores químicos y bioquímicos aportan información sobre cualquier cambio que se produzca en su entorno tanto físico (temperatura, presión, aceleración, vibración, campo electromagnético, radiación, deformación,…) como químico (niveles de gases, acidez y humedad, entre otras). Por lo general, los sensores bioquímicos se han utilizado tradicionalmente al servicio de la medicina, pero hoy en día sus aplicaciones benefician a todo tipo de sectores, como el alimentario, farmacológico, cosmético, medioambiental y cualquier producción industrial.
El Instituto Tecnológico de Óptica, Color e Imagen (AIDO) ha trabajado en el proyecto «Flash» empleando técnicas de microablación y microfabricación aditiva con láser en el diseño y desarrollo de sensores químicos y bioquímicos.
Gracias a la miniaturización de los sensores bioquímicos que se ha alcanzado a lo largo de los últimos años ya es posible la automatización de procesos industriales y medioambientales para detectar contaminantes, tóxicos, hallar componentes de plaguicidas, herbicidas, detergentes, etc.
Por ese motivo, el objetivo del proyecto «Flash» es aplicar las técnicas de microfabricación láser para desarrollar sensores bioquímicos con el fin de mejorar la sensibilidad de los dispositivos y disminuir el coste del análisis. A lo largo de la investigación, se han estudiado nuevos modelos ópticos y fotónicos, así como el empleo de diferentes técnicas de monitorización basadas en la captación de imágenes con alto rango dinámico y alta velocidad, para investigar los procesos láser de escritura directa para deposición de los materiales activos que constituirán la base de los sensores.
La micro y nanofabricación junto con el empleo de fibra óptica y microchips como elementos sensores está permitiendo realizar dispositivos cada vez más pequeños con alta sensibilidad y especificidad, llevando los resultados que se obtienen en laboratorio a la realización de mediciones de control de procesos en diferentes entornos industriales o naturales.
Esta iniciativa, ha contado con el apoyo del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE) y los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER).